Necesitamos un espacio donde germinar y crecer los planteles antes de trasplantarlas al huerto o al bosque comestible. Donde estén con una temperatura estable, un nivel alto de humedad, y luz.
Entre las opciones que barajamos está la de desmontar el techo de una de las porqueras, actualmente semidesmoronado y sustituirlo por policarbonato transparente, construir una chimenea para dejar salir el aire caliente cuando nos interese y almacenar agua de lluvia para regar y estabilizar la humedad y temperatura del interior.