Sinfonía biótica en in.jer.to: no-festival en Torre del Mar

Sinfonía biótica en in.jer.to: no-festival en Torre del Mar

En junio pasado, Sinfonía biótica formó parte del festival in.jer.to, celebrado en Torre del Mar, en la provincia de Málaga. La propuesta llegó gracias a MolinoLab, que presentó el proyecto en dos vertientes: una instalación inmersiva e interactiva y una performance en vivo.

Instalación interactiva: el lenguaje secreto de las plantas

En la primera parte, el público pudo acercarse a una instalación interespecie que proponía un diálogo entre lo vegetal y lo digital. Una estructura diseñada en 3D e impresa con filamento reciclado albergaba tres plantas vivas.

Mediante sensores, los impulsos eléctricos generados por las plantas se transformaban en líneas sonoras que funcionaban como instrumentos dentro de una composición en constante cambio. Al mismo tiempo, esas señales modificaban un entorno virtual —réplica digital de espacios reales construida con la técnica de gaussian splatting—, produciendo variaciones visuales ligadas al pulso biológico.

La experiencia era también colectiva: una interfaz orgánica permitía al público intervenir tocando distintos objetos, sumando su participación tanto en el plano sonoro como en las alteraciones de la escena virtual.

Savia bruta: la fuerza de lo vivo en directo

La segunda propuesta llegó en formato de performance. Bajo el título Savia bruta, MolinoLab ofreció varios pases durante la noche del 6 de junio en el espacio cultural Tres Puertas. Allí, la experimentación audiovisual se desplegó en vivo, cargada de energía, reforzando la conexión entre lo natural y lo tecnológico.

Con estas dos intervenciones en el festival, Sinfonía biótica mostró cómo el arte puede convertirse en un espacio de encuentro entre especies, donde plantas, humanos y entornos virtuales colaboran en un mismo proceso creativo.

Savia Bruta es una performance multidisciplinar interespecie que nos transporta a una realidad futurista donde la humanidad, atrapada en la rutina y el automatismo, a cedido sin saberlo su autonomía a las plantas. Estas entidades vegetales, en aparente quietud, han tejido una red secreta de reciprocidad: a cambio de permitir a los humanos soñar —único espacio donde aún pueden experimentar libertad—, los conducen hacia sus propios sueños. En estos paisajes oníricos, los humanos se convierten en emisarios de la vida vegetal, recorriendo mundos simbólicos y memorias silvestres para cumplir una misión urgente: encontrar una grieta en el asfalto del mundo, una fisura por donde la vida pueda surgir.

Fusionando danza, arte visual, impulsos electricos vegetale, dispositivos interactivos y música en vivo, Savia Bruta despliega un ritual sensorial donde se disuelven las fronteras entre especies, sueño y vigilia, cemento y raíz. Una evocación de la resistencia de lo verde y un llamado a recordar que, incluso en los escenarios más estériles, la vida persiste.

Para nosotros fué un placer enorme compartir con el equipo del festival, fuimos acogidos como familia y nos sentimos como en nuestra propia casa.

Agradecimiento especial al equipo de 3 puertas por la acogida, el apoyo y la confianza.

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